Vida extraterrestre (2)

Hace unos 25 años se descubrió el primer exoplaneta, o sea, un planeta de fuera del Sistema Solar, perteneciente a otro sistema planetario distinto del Solar. Después de 25 años, ya se han descubierto alrededor de 4, 000  exoplanetas, y está por confirmarse la veracidad de otro tanto de descubrimientos extrasolares.

Entre todos esos exoplanetas destacan las “exotierras”, o sea, exoplanetas con características muy similares a las de nuestro planeta Tierra. Y es allí, precisamente, donde se están concentrando los esfuerzos científicos, para la investigación, y el estudio exhaustivo de sus condiciones, entre las que destaca que esos planetas se encuentren girando alrededor de una estrella semejante al Sol, pero también, en la zona de la ecósfera, o sea, en la zona de habitabilidad.

Existe una nota optimista en esta búsqueda: Las estrellas más adecuadas, alrededor de las cuales, girarían planetas aptos para la vida, son las “enanas amarillas” como el Sol, y las “enanas rojas” como “Próxima Centauri”, claro mientras que éstas últimas no sean “fulgurantes”. Pues la circunstancia favorable para nuestra búsqueda, es el dato de que estos dos tipos de estrellas son los más abundantes en la Galaxia, y en el universo, con un 70% de la totalidad de ellas.

La zona de habitabilidad se define como una esfera alrededor de la estrella-madre, en la cual, es posible que haya agua líquida sobre la superficie de los planetas. En otras palabras, que la temperatura media del planeta no baje de los 0° centígrados, ni tampoco se eleve más allá de los 45.

En la ecósfera del Sol: Venus, la Tierra, la Luna, Marte, Fobos, y Deimos; estos 2 últimos son los satélites de Marte.

La siguiente colocación es, de la mayor habitabilidad a la menor, de estos 6 astros: 1) Tierra, 2) Marte, 3) Luna, 4) Venus, 5) Fobos, y 6) Deimos.

Por supuesto que en la Tierra, indiscutiblemente hay vida, y ésta existe sobre ella de manera exuberante. Sobre Marte se cree que hubo vida, pero no pudo consolidarse por la poca fuerza gravitatoria del planeta, necesaria para retener el agua sobre su superficie. Lo mismo sucedió con su atmósfera. Si hubo vida en Marte, ésta fue muy simple, tal vez líquenes, musgo, por ejemplo.

Los famosos “canales marcianos” de Giovanni Schiaparelli, y después también de Percival Lowell, resultaron ser, en su percepción desde la Tierra, una glamorosa ilusión óptica, causada por la aberración en los lentes del telescopio que usaron.

Sobre la Luna solo puede haber vida en ambientes prefabricados, con perfecto resguardo para no ser alcanzada por el energético “viento solar”, y de las temperaturas extremas que sobre nuestro satélite se verifican.

Sobre Venus tendría que haber habido vida en otras épocas, pero ésta pudo haberse extinguido por la altísima temperatura actual (450° centígrados). La cual no es producto de su cercanía con el Sol, puesto que en esto supera al mismo planeta Mercurio, que se encuentra mucho más cerca de nuestra estrella. Pero esta temperatura extrema no siempre ha sido tan caliente, pues antes de que se verificara el efecto de invernadero irreversible sobre el planeta, se cree que habría sobre él una temperatura media de 25° C, o sea, unos 10 solamente por encima de la temperatura media imperante sobre el planeta Tierra. Temperatura muy alta como media, pero perfectamente soportable para los posibles seres vivos que habrían existido en ese planeta.

Dicen los científicos que lo que sucedió en Venus, fue un “calentamiento global” que provocó un “efecto de invernadero”; todo esto como consecuencia de una masiva y planetaria erupción de volcanes, que con sus gases y cenizas bloquearon la luz del Sol, dejando que el calor penetrara hasta la superficie, pero también no dejándolo escapar hacia el espacio.

Muchos quisieran ver en este fenómeno de caos planetario, la intervención de una supuesta civilización extraterrestre, originaria del mismo planeta venusino, que llevaron a su civilización a la autodestrucción, pero las señales nos conducen a otra causa.

De todas formas, esa calamidad por la destrucción de todo un planeta, nos debe conducir a una reflexión que nos lleve a concluir que, si allá en Venus el ecocidio fue irremediable, aquí en la Tierra, ese escenario debe ser evitado, porque de lo contrario, tendríamos “otro Venus” terreno.

De Fobos y Deimos podemos decir lo mismo que se dijo ya sobre la Luna, pero sobre estos últimos todavía con más problemas, por su pequeñísimo tamaño (16 y 8 kilómetros en el eje principal, respectivamente).

CONCLUSIÓN POR AHORA: Las exotierras son “la punta de lanza” en la búsqueda de “vida inteligente civilizada con tecnología avanzada”, en las cuales no solo se necesita el agua líquida, sino muchos otros elementos, que seguiremos considerando, porque de los 6 astros que se encuentran en la ecósfera del Sol, solo uno tiene vida, los otros 5, en mayor o menor grado, y por diferentes circunstancias, no tienen el fenómeno “vida”, o por lo menos hasta ahora, no hay pruebas de ello…

(CONTINUARÁ)

(VIDA EXTRATERRESTRE 2 DE 5 PARTES)

Por Reynaldo Huerta, licenciado en astronomía y director del observatorio astronómico de Querétaro Ilalux

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